NUEVAS FUENTES DOCUMENTALES PARA EL ESTUDIO DE NUESTRA HISTORIA

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Hacia fines del pasado año, la Subdirección de Patrimonio y Archivo Histórico de la Municipalidad de Benito Juárez recibió la visita de Fabián Alonso, uno de los responsables del área de documentos escritos del Archivo General de la Nación (AGN).
La misma sirvió para intercambiar material y experiencias y tomar conocimiento sobre la importancia de la documentación que se halla en el área de documentación escrita en el AGN.
A continuación presentamos un documento hasta ahora desconocido, que fue gentilmente cedido por el señor Fabián Alonso.
Se trata de una correspondencia entre Mariano Roldán y Álvaro Barros. Estimamos que la misma está fechada en el año 1868, en un momento de enfrentamiento entre estas dos importantes figuras de la zona: en aquel año Álvaro Barros pretendía anexar el Partido de Juárez al vecino Partido de Olavarría.
Esta carta, aunque incompleta, da una muestra de la relación que mantuvieron en aquel año de 1868, el recientemente nombrado Juez de Paz del Partido de Juárez, Mariano Roldán y el entonces Jefe de la Frontera del Sur, Álvaro Barros.
Consideramos que este documento es de suma importancia y un interesante aporte para el estudio del desarrollo de nuestro Partido en una época determinada, así como también de toda la zona. También consideramos que se trata de una pequeña muestra de la importancia del material que puede encontrarse en el AGN referido a distintos aspectos y momentos de nuestra historia como comunidad. El objetivo de la Subdirección de Patrimonio y Archivo Histórico es ir incorporando este material para el enriquecimiento de nuestro archivo comunitario y para ampliar las fuentes documentales disponibles.

Fondo Álvaro Barros. Archivo General de la Nación.

Mariano Roldán á Álvaro Barros. Sin fecha. (posiblemente febrero/marzo de 1868)

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y rendido a discrecion sin condiciones. Sin embargo, ya que el Sr. Comandante me contesta su carta [ ] proceso y juicio de lo que llama sus enemigos contra los cuales vierte conceptos muy poco honrosos, yo voy hacer de ella una descripción de párrafo por párrafo y contestarla con la energía, con la altura y con la dignidad que autorizan hablar al hombre que no ha dejado tras de si una sola accion que le haga deshonor.
Voy pues a empezar la anatomia de su carta y cada párrafo será encerrado entre comillas.
“Los dos años que he servido en esta frontera en cuyo tiempo los intereses que ella encierra ha sido garantido y los indios siempre escarmentados”
¡Con que los intereses garantidos y los indios escarmentados Sr. Comandante! Sobre esto hay mucho que hablar y quiero tomar datos haber si alguien garantió las 15.000 vacas, caballadas y yeguadas que se llevaron de “Los Tres Arroyos” cuando siendo Ud. Gefe de esa frontera hizo su debut con su memorable jornada (?) a “Pillahunies” (?) como también las haciendas de varios vecinos de esta frontera que segun entiendo ni les han sido devueltas ni tampoco garantidas. En cuanto al escarmiento de los indios, un solo hecho conozco en que murieron seis, habiendo muerto ellos igual numero de cristianos, fuera de muchas otras victimas cuyos crímenes han quedado impunes.
“La integridad escrupulosa con que he administrado lo que se me confiara y la exactitud con he llenado mis deberes. Estos hechos me autorizan a mirar con el más alto desprecio toda amenaza o ataque como el que Ud. Me anuncia”
El Sr. Comandante ha traducido mal mi carta, pero hace bien en

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en reposar en sus laureles y la galanteria que [ ]-de yo quiero constestarla extrallendo el párrafo de [ ]-ta en que despues de hacerle una franca, leal y humilde declaracion de mi proposito de hacerle operación (?) como Gefe (?) de frontera concluye así. Esperando que Ud no le dará [ ] mérito ni otra interpretacion que el deseo de llenar (?) por mi parte un deber de lealtad y de conciencia porque no acostumbro atenderle al hombre la mano de amigo y herido por atras.
“Mis enemigos aqui son unos pocos explotadores activos a quienes no he permitido adquirir dinero a costa del erario o del pobre soldado”
Este parrafo no puede alcanzar en manera alguna, al que al empezar esta carta estampa estas palabras. Yo voy a hacer de ella (su carta) una descomposicion de párrafo por párrafo y y contestarle con la energía, con la altura y con la dignidad que atorizan hablar al hombre que no ha dejado tras de sí una acción que le haga deshonor. Yo confundiré al que estampa una acusacion sobre mi nombre y por cierto que no me mandará (?) Ud entre los que se refiere el párrafo a que contesto.
“Lo que aqui se trama contra mi no me alarma. Tengo confianza en mi conducta y en los recursos que me da la razón. Y cuando llegue el momento sabré poner en transparencia en unos la infamia, en otros la pretenciosa nulidad”.
El primer calificativo de este párrafo no puede llegar por cierto al que escribe esta carta, pero puede ser que el Sr. Comandante me incluya en los últimos, en la creencia que despues de haber rehusado de una manera categórica el mando de un Regimiento de Guardia Nacional que Ud.

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se empeñó en que aceptara y para lo que me encontraba Ud. capaz de prestar muy buenos servicios, crea Ud que yo aspire a ser Gefe de frontera o cura párroco del Azul para cuyos puestos me encuentro muy apto.
“La cooperacion que Ud me ofrece como autoridad es deber suya prestarla, y si Ud falta a ella, yo se lo provaré ante el Gobierno y ante los vecinos de la frontera á quienes ya se perjudica tratando de sublevar contra la opinion de los mismos indios y esparciendo rumores alarmantes sin otro objeto que desconceptuaran (?)”.
En cuanto a la primera parte de este párrafo sé los deberes que tengo como autoridad y todos mis actos han de ser siempre apoyados por eso que vale mas que la fuerza de la balloneta, por eso que [ ] eleva y dignifica al hombre público, por eso en fin, que se llama opinión pública, y con cuyo valioso contingente no cuenta ni ha de contar el Sr. Comandante mientras sea Gefe de frontera; pues que si hubiera contado Ud con esa palanca poderosa que tanta importancia moral y material da al hombre público le salvarian los recursos de que su impopularidad lo privan, hasta del contingente de los mismos indios a quienes su tratamiento los ha hecho poner en desacuerdo abierto con Ud, y del que el vecindario fronterizo ha sabido ofrecer generoso a los Gefes de Frontera que han sabido grangearse sus simpatias y su confianza.

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No eche Ud. La culpa a los que llaman sus enemigos, que de su misma obra. Apelamos al testimonio del Presidente de la República, del Gobernador de la Provincia, del bien conceptuado Gral. Rivas y de todo el pueblo del Azul quienes son testigos de las públicas y terminantes quejas de los indios.
En cuanto a mi proceder como vecino, hay quienes me puedan juzgar con mas propiedad que Ud porque me han tratado de cerca hace muchos años y he merecido el honor de que se me hayan ofrecido los primeros puestos de ese pueblo, los que he rechazado siempre aceptando otros más humildes y mereciendo tambien honrosas distinciones de los Gefes de frontera y muy especialmente de mi distinguido amigo, el honrado, ptariota y popular Gral. Rivas.
Respecto a la distribución de los roles en que han de figurar los que Ud llama sus enemigos, no temo el que ami me toque, será el más humilde, pero de ninguna manera deshonroso.
Concluiré Sr Comandante, pretestandole que muy a pesar mio me he visto en el caso de contestarle a Ud de esta manera, por no dejar pasar en silencio los conceptos poco honrosos que Ud vierte para lo que llama sus enemigos y que no puedo continuar una polémica con Ud en la que no podemo ser jueces y parte, lo que, nos traeria mas tarde al terreno de las personalidades.

Saluda a Ud atentamente
Mariano Roldán.